Hola, mi nombre es Carl Mendoza y no soy el camarógrafo promedio. Mi historia comenzó hace mucho tiempo, cuando estaba metido hasta las rodillas en la música, produciendo ritmos y melodías que llenaban el aire de magia. Pero déjame decirte que la creatividad siempre ha sido parte de mi vida desde niño. Ya fuera garabateando, pintando, tocando instrumentos o sumergiéndome en diseños 3D, siempre estaba haciendo algo artístico.

 

Sin embargo, la vida dio un giro y me encontré buscando un nuevo camino, un nuevo comienzo. Recuerdo que un día me arrodillé y le pregunté a Dios: "¿Qué sigue para mí?" Fue un momento difícil, no había trabajos disponibles en los que quisiera entrar, pero en el fondo sentí este empujón a confiar en el Señor.

 

Un par de semanas después, me encontré transmitiendo en vivo en mi iglesia parroquial local. No sabía que ese día cambiaría todo. Una pareja se me acercó y me preguntó si podía filmar su boda. Ahora, nunca había hecho algo así antes, pero algo dentro de mí dijo: "¿Por qué no?" Así que di un salto de fe y dije que sí.

 

¿Y sabes qué? ¡Fue increíble! Ese "sí" abrió la puerta a un mundo completamente nuevo de narración a través del cine. Desde bodas hasta quinceañeras, he tenido el privilegio de capturar esos momentos especiales que la gente atesora para siempre.

 

Hoy estoy viviendo mi sueño como director de fotografía, convirtiendo los momentos fugaces de la vida en recuerdos duraderos. Ha sido todo un viaje, lleno de altibajos, pero no lo cambiaría por nada. Estoy agradecido por cada giro que me trajo aquí.

 

Entonces, eso es un poco sobre mí: un tipo amante de la música, creador de arte y seguidor de la fe que encontró su pasión detrás de la cámara. ¡Estoy emocionado de ver adónde nos lleva esta aventura!